Para variar, un poco de cariño no viene mal en el núcleo de la familia real británica. La tristeza por el fallecimiento de Isabel II, las polémicas en torno al príncipe Harry, y la supuesta infidelidad del príncipe Guillermo, han dejado alta la tensión allí. Por eso, gestos como el que acaba de tener el rey Carlos III pueden resultar realmente descontracturantes para todos.
En esta oportunidad, la máxima personalidad de la monarquía de Reino Unido ha sorprendido a todos con un noble gesto hacia su hermano Eduardo. En el día de su cumpleaños número 59, al cuarto y último hijo de Isabel y Felipe le han otorgado un reconocimiento que representa un honor, en un día que será difícil de olvidar para él.
Carlos III nombró duque de Edimburgo al príncipe Eduardo, cumpliendo con la expresa voluntad de su madre. De esa manera, Sofía pasa a ser la duquesa, en una evidente estrategia por evitar que la familia real siga perdiendo peso entre sus filas. Así, además, se cierran todo tipo de rumores y especulaciones acerca de una posible traición del rey a su madre.
Por otra parte, debido a este cambio de títulos, el pequeño Jacobo, hijo de Eduardo, de 15 años de edad, pasa a ser el conde de Wessex y se aleja de su lugar previo de vizconde de Severn. No cabe ninguna duda de que son tiempos de cambios en el interior de la realeza británica, y el rey Carlos III quiere estar a la cabeza de todos los movimientos.